Inficciones: Relatos de escritoras en confinamiento

A continuación, el prólogo del libro Inficciones: Relatos de escritoras en confinamiento (Ediciones Aguamiel, 2020)

Con esta invitación a escribir un cuento cada día, en medio del distanciamiento social y el confinamiento obligado a raíz de la pandemia del COVID-19, quise hacer mi parte en un momento cuando sentía mis manos atadas. Quería aportar de alguna manera posible en medio de las circunstancias que nos agobiaban, y recurrí a lo que me gusta hacer por encima de todo, con la convicción de que contar nuestras historias nos salva, así sea de nosotros mismos.
Así comenzó un experimento más que literario, de sanación; física, mental, espiritual. Un ejercicio de rebelión lúdica, para liberarse del tedio y la asfixia del encierro a través de la narración, la evocación, la introspección y la auto-observación.
Algunas personas tomaron el reto en privado y compartieron sus historias en mensajes personales. Otras los pusieron al sol, en el grupo de Facebook que titulé “Reto 15 días de cuentos”. Y aunque quien me sugirió abrir el grupo después de lanzar el reto en mi cuenta personal fue un hombre, casi todas las que se atrevieron a participar y a escribir fueron mujeres.
Así transcurrieron dos semanas, con temas específicamente creados para alejarnos de las circunstancias que nos amenazaban, la enfermedad, lo desconocido, la soledad, el miedo, el tedio, la incertidumbre económica.
Muy pocas lograron hacer una, dos, o tres historias. Pero fue una válvula contra la ansiedad. Era muy difícil tomar una pausa y crear, cuando el ambiente alrededor se había vuelto tan extraño.
Casi todas estas historias fueron muy personales, aunque exploraran territorios fantásticos, princesas descastadas, o mundos extraños. Lograron crear pequeños universos extraídos de sus espacios interiores, en un momento donde nos preguntábamos qué sería de nosotros y tratábamos de vislumbrar lo que venía, porque intuíamos que el mundo había cambiado, quizás para siempre. O así parecía.
Al transcurrir el plazo del reto, era obvio que el confinamiento iba a continuar, que tal vez la situación no iba a ser tan transitoria. Lo más importante fue que queríamos seguir creando. Así que decidí hacer una fiesta literaria virtual, para reunir a quienes habían participado en la aventura y regalarnos una tarde de sábado para celebrar lo que llamé “Quarantini”.
Esa primera tarde fue un encuentro catártico. Hubo risas, emociones, camaradería y hasta confesiones entre mujeres que no se conocían, y ese día se veían a través de la pantalla de una plataforma en línea, desde Guadalajara, Los Angeles, hasta Carolina del Sur y Miami.
Decidí continuar la fiesta por los próximos sábados, trabajando ejercicios de escritura breve y psicolingüística, hasta que fue anunciado el retorno a “la nueva normalidad”.
La camaradería y los textos producidos en “Quarantini”, la mayoría en ejercicios de apenas 10 minutos, y otros de semana a semana, no podían quedar en el olvido.
Aquella experiencia nos había permitido hacer una fotografía instantánea de ese tiempo de hibernación que habíamos compartido a través del relato escrito en ejercicios narrativos y conversaciones surgidas de las experiencias contadas con una sinceridad y espontaneidad que pocas veces se encuentra.
Es así como nació este libro de narrativa breve, con las historias de un grupo de escritoras de México, Cuba, Colombia, Venezuela, República Dominicana y Estados Unidos. Somos: Patricia Carvallo, Leslie Lambarén, Nancy Mejías, Cecilia Montaña, Lupe Montiel-Tello, Ivón Osorio, Patricia Reyes, Pesia Stempel, Itsia Vanegas, y quien suscribe, junto a una invitada, Diana Pardo. Aquí está Inficciones, Relatos de escritoras en confinamiento. Nuestro botón de arranque, un salvavidas literario en tiempos de pandemia.

Alicia Monsalve (Editora)
Miami, 27 de julio de 2020

               

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